SR. KOSMO

Lo vi por primera vez
cuando los dos éramos
profesores en la
escuela de idiomas.
Yo estaba en mis veinte años,
y él en sus sesenta.
Estaba envuelto
en un abrigo pesado
en cualquier estación del año.
Había estado en un
campo de concentración
durante la guerra.
Veinte años más tarde,
todavía tenía un
aspecto perseguido
y asustado.
Los dos habíamos estado
en el mismo hotel deslustrado
y barato en San
Francisco cuando
llegamos, pero
años después,
él todavía estaba allí.
Que él sólo podía
sobrevivir mediante
la enseñanza
del alemán
parecía un
destino cruel.
A través de los años
su nombre
ha evolucionado
en mi mente,
hasta ahora
que pienso en él
como el Señor
Todos.

30 de octubre 2015